1/ Me sentí obligado a responder al reciente artículo del Consejo Editorial de @FinancialTimes, "El auge y los riesgos de las stablecoins" – su caracterización de las stablecoins como inherentemente arriesgadas es alarmista y pasa por alto su potencial económico, cuando están debidamente reguladas.
2/ A diferencia de las comparaciones anticuadas con el siglo XIX, los stablecoins de hoy bajo la Ley GENIUS deben estar completamente respaldados por efectivo, valores del Tesoro de EE. UU. o depósitos bancarios, asegurando rigurosas protecciones al consumidor.
3/ La Ley GENIUS no se trata de desregulación, sino de una supervisión inteligente y completa, que impone estrictos informes y cumplimiento para minimizar el riesgo sistémico.
4/ Las stablecoins complementan la banca tradicional al agilizar los pagos, reducir costos y aumentar significativamente la inclusión financiera.
5/ Reconociendo estos beneficios, numerosas instituciones financieras tradicionales ya están integrando stablecoins para mejorar la eficiencia y la competitividad.
6/ Implicar que el apoyo bipartidista a las stablecoins proviene de esquemas especulativos o de "enriquecerse rápidamente" es inexacto e injusto.
7/ De hecho, los responsables de políticas de ambos partidos entienden la importancia estratégica de las stablecoins para la innovación financiera en EE. UU. – evidente en los abrumadoramente bipartidistas votos para aprobar GENIUS a través de ambas cámaras del Congreso.
8/ La Ley GENIUS ejemplifica una regulación equilibrada y con visión de futuro, posicionando a los Estados Unidos como un líder global en innovación financiera, asegurando estabilidad mientras fomenta el crecimiento económico.
Otros países se beneficiarían al considerar este marco regulatorio reflexivo en lugar de descartar prematuramente los sustanciales beneficios económicos que ofrecen las stablecoins.
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