Sentado en un aeropuerto. Acabo de darme cuenta de que ya nadie sabe hacer nada. Todos están ocupados con el móvil, el portátil, los auriculares, el libro. ¿Cuándo perdimos la capacidad de simplemente sentarnos? Hay un niño enfrente de mí. Quizá con 6 años. Simplemente mirando los aviones a través de la ventana. Y no está inquieto. Los adultos ya no pueden hacer eso. Necesitamos estimulación cada segundo. Hemos olvidado cómo estar quietos.