El crudo ruso de los Urales ha caído a 36 dólares por barril —el nivel más bajo en más de dos años— apenas unos días antes de que entren en vigor las nuevas sanciones estadounidenses que apuntan a las mayores petroleras rusas. El descuento al crudo Brent se ha disparado más allá de los 23 dólares por barril, ya que los compradores se retiran bruscamente, temerosos de verse afectados por las inminentes sanciones secundarias. Un golpe devastador para el ya tenso presupuesto de Moscú en tiempos de guerra.