No me gusta vivir con arrepentimientos. Por eso doy el 100% en cualquier trabajo que hago, y luego dejo el resultado final al destino. Al hacer esto, duermo mejor por la noche sin tener que imaginar escenarios de "qué pasaría si", preguntándome si trabajé más duro, ¿podría haber obtenido un resultado diferente? Aprendí desde temprano que puedo controlar el esfuerzo que pongo y, con suficiente trabajo duro y suerte, puedo conseguir lo que quiero. Al ya poner el 100% de esfuerzo, no hay nada más que pueda hacer para mejorar las cosas, ¡así que no tiene sentido arrepentirse de las cosas en el futuro!
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