Nunca es una línea recta. Solo parece así cuando cuentas la historia al revés. La mayoría de las veces es darse cuenta de los innumerables errores estúpidos que cometiste, seguidos de punzadas de ansiedad... durante años. La historia: "Sí, ha sido genial. Estoy súper feliz con nuestro progreso. Tenemos un gran equipo."
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